MI EXPERIENCIA COMO MUSICOTERAPEUTA



¿Qué me llevó al estudio de la musicoterapia?. Después de muchos años dedicada a la música, en el ámbito del ocio, tanto a nivel de interpretación como en composición, necesitaba otra forma de relacionarme  con la música, con "la otra música", la que no está vinculada a la pedagogía o el espectáculo. Relacionarme con ella para otros fines que no fueran el arte, el ego o la introspección, sino todo lo contrario.

Partía de evidencias cotidianas, desde mi vivencia y de la vivencia de la gran mayoría. Todo empezó al centrar mi atención  en algo tan involuntario como la reacción de nuestra piel erizándose cuando escuchamos una música que nos emociona, algo tan complejo y al mismo tiempo tan cotidiano  en nuestras vidas. Lo más interesante era saber que a través de el proceso musicoterapeutico se pueden recuperar o mejorar  funciones  cerebrales desconectadas a causa por ejemplo de una enfermedad neuro-degenerativa. Era asombroso observar como enfermos de Alzheimer en fases avanzadas de la enfermedad y que habían permanecido ausentes a la realidad que les rodeaba durante mucho tiempo, en el momento que se les facilitaba la escucha de música que había sido de su agrado en el pasado despertaban y salían de su aislamiento, aparentemente así de sencillo. Y no tan sólo despertaban de su letargo sino que comunicaban verbalmente sus emociones y su aparato locomotor volvía a ponerse en marcha. 

En mi opinión, queramos o no, el ser humano se rige por las emociones, en muchas ocasiones, queremos controlarlas  porque nunca mienten, otras veces lo que queremos es que no se acabe nunca esa emoción tan placentera. Cuando debido a la enfermedad nos vemos incapaces de expresar nuestras emociones o de comunicarnos, creo que  perdemos en esencia lo que significa estar vivos.
¿Alguna vez has pensado en la rapidez con la que la música actúa sobre ti ?. Esta simple pregunta me  abrió la puerta a muchas respuestas.
En este blog hago referencia a las numerosas investigaciones que constatan los beneficios de la aplicación de la musicoterapia y su potencial para producir cambios positivos tanto a nivel físico como emocional.
Desde mi experiencia como musicoterapeuta he podido comprobar como  la terapia a través de la música revierte en cambios positivos en las personas que padecen enfermedades neurodegenerativas, de dolor crónico, depresión o estrés, a la vez que facilita las relaciones sociales,  mejora la autoestima, les aleja del aislamiento y la depresión, muy común en estos casos, repercutiendo, en consecuencia, a restablecer el equilibrio emocional de las familias y sus cuidadores/as. Cada día soy más consciente del inmenso potencial de la terapia a través de la música, pero ha sido sobretodo prestando mayor atención a la persona como individuo y no tan solo como paciente, identificándome con sus experiencias, ya que en cada caso son únicas y eso no se aprende en la universidad. A través de la musicoterapia mi pasión por la música ha encontrado su razón de ser.